Los beneficios de comer según la temporada: por qué deberías probarlo

¿Alguna vez te has parado a pensar por qué ciertos alimentos te saben mejor en unas épocas del año que en otras? Ese tomate jugoso que disfrutas en verano o esa manzana crujiente del otoño no son casualidad: es el poder de la alimentación estacional. Comer productos de temporada no solo potencia el sabor de tus platos, sino que también beneficia tu salud y, de paso, al planeta. Déjame contarte cómo integrar esta práctica ha transformado por completo mis comidas y mi bienestar.

Escrito por: Engelien Meijer

De voordelen van seizoenseten: waarom je met de seizoenen mee moet eten

Hasta hace no mucho, yo pensaba que esto de comer según la temporada era una moda más, como los batidos verdes o la avena nocturna. Pero al darle una oportunidad, descubrí que no era solo una tendencia pasajera. Era redescubrir cómo debería saber realmente la comida, cómo se integra de forma natural en nuestras vidas y cómo nos conecta de nuevo con la tierra.

Crecí sin prestarle demasiada atención a qué estaba en temporada y qué no. En los Países Bajos, como en muchos otros lugares, tenemos la suerte de tener supermercados llenos de frutas y verduras todo el año. ¿Fresas en pleno invierno? Sin problema. ¿Aguacates en cualquier momento? Fácil. Pero tras años de llenar el carrito con productos fuera de temporada, empecé a notar algo: los sabores eran más apagados y, curiosamente, tampoco me sentía del todo bien.

Fue entonces cuando decidí darle una oportunidad a la alimentación estacional, y desde entonces no he vuelto atrás. Aquí te cuento por qué ha cambiado mi forma de relacionarme con la comida y por qué creo que a ti también te podría encantar.

Un mundo de sabores te espera

Lo primero que me sorprendió al empezar a comer según la temporada fue el sabor. De verdad, no me daba cuenta de lo insípidos que se habían vuelto muchos productos fuera de su tiempo natural hasta que probé un melocotón maduro de verano. Fue como redescubrir un universo de matices. Los productos de temporada se recogen en su punto óptimo, lo que significa que están cargados de sabor y nutrientes.

Piénsalo: cuando muerdes un tomate en pleno invierno, suele ser aguado, pálido y nada especial. Ahora, imagina uno madurado al sol del verano, con su piel tensa y jugosa, de un rojo vibrante. Esa es la magia de comer según la temporada: te permite disfrutar de los alimentos en su mejor versión.

No se trata solo del sabor: se trata de la nutrición

No te voy a mentir: adoro los sabores, pero también noté cuánto mejor me sentía después de empezar a comer según la temporada. Las frutas y verduras que crecen en su época natural no solo son más sabrosas, sino también mucho más nutritivas. Cuando los productos maduran completamente al sol, desarrollan niveles más altos de vitaminas, minerales y antioxidantes.

Comer de acuerdo con las estaciones me hizo darme cuenta de que la naturaleza tiene un porqué. Durante los meses más fríos, la tierra nos da verduras más sustanciosas, como calabazas, batatas y zanahorias, ricas en vitamina C y fibra, justo lo que mi cuerpo necesita para mantenerse fuerte y satisfecho. Y en verano, nos regala frutas jugosas y refrescantes, como sandía y pepino, perfectas para combatir el calor. Desde que empecé a comer lo que la tierra nos da en cada estación, sentí que, por fin, estaba en sintonía con lo que mi cuerpo realmente necesita. Y créeme, eso es algo que se nota.

Cómo la alimentación estacional ayuda al medio ambiente

Te soy sincera, al principio no empecé a comer de temporada por razones medioambientales, pero, una vez que entendí el impacto, se convirtió en una motivación enorme para seguir adelante. La realidad es esta: cuando comemos productos fuera de temporada, a menudo han viajado miles de kilómetros hasta llegar a nuestro plato. Los recolectan antes de que estén maduros, los envían en largos trayectos y los almacenan en cámaras frigoríficas, lo que genera una huella de carbono brutal.

Al optar por productos de temporada, sobre todo si los compras a productores locales, descubrí que reducía muchísimo el impacto medioambiental de mi dieta. Menos kilómetros recorridos significan menos emisiones, y al apoyar a los agricultores locales, estamos promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles. Es una situación en la que todos ganamos: tu salud y el planeta lo agradecen

Cómo hacer más fácil la alimentación estacional

Sé que puede sonar abrumador cambiar tu forma de comer, pero, sinceramente, es mucho más fácil de lo que parece. Aquí te dejo algunos consejos que me ayudaron:

  • Visita el mercado local: esto, de verdad, me cambió el chip. Comprar en el mercado de agricultores no solo me facilitó saber qué estaba en temporada, sino que también pude hablar con los productores y pedirles recomendaciones. Además, es una forma divertida de salir y descubrir alimentos que no siempre encuentras en el supermercado.
  • Empieza poco a poco: no hace falta que cambies tu vida de golpe. Simplemente, prueba a añadir algunos ingredientes de temporada a tus comidas. Cambia, por ejemplo, las fresas de tu ensalada de frutas en invierno por peras o naranjas. O sustituye la lechuga que no está en temporada por hojas verdes más resistentes en otoño. Pequeños cambios que, al final, marcan la diferencia.
  • Conserva lo que puedas: algo que me encanta es conservar los sabores de cada estación para disfrutarlos durante todo el año. En verano, por ejemplo, congelo moras y hago mermeladas con melocotones maduros, así puedo saborear el verano incluso en pleno invierno. Enlatar y congelar productos de temporada es una forma estupenda de alargar su vida y tenerlos a mano siempre que te apetezca.

Una conexión más profunda con la naturaleza

Lo que jamás me imaginé de la alimentación estacional es cuánto me ayudaría a reconectar con la naturaleza. El simple hecho de fijarme en qué productos están de temporada ha aumentado mi conciencia del entorno: los cambios de clima, los ciclos de crecimiento y las cosechas. Me ha hecho sentir más enraizada, como si formara parte del ritmo de la tierra.

Cuando disfruto de espárragos en primavera, sé que es un capricho fugaz y que tendré que esperar un año entero para saborearlos de nuevo. Lo mismo me pasa con esas manzanas jugosas que solo se encuentran en otoño. Es precisamente esta conciencia la que me ha ayudado a incorporar más atención plena en mis comidas. En lugar de dar por sentada la comida, ahora valoro de verdad el tiempo y el esfuerzo que se ha invertido en cultivarla y recolectarla.

¿Por qué probar la alimentación estacional?

Comer según la temporada no es solo una moda, sino una manera de reconectar con los alimentos en su estado más puro. Y los beneficios van mucho más allá del sabor: obtendrás una mejor nutrición, apoyarás la agricultura sostenible y contribuirás al cuidado del planeta. Además, es una forma fantástica de descubrir alimentos nuevos y añadir más variedad a tus platos.

Si sientes curiosidad por cómo empezar, aquí va mi consejo: hazlo poco a poco. Elige una estación, por ejemplo, la primavera, y céntrate en incorporar productos que crecen de forma natural en esa época. Te sorprenderá lo distinto que saben los alimentos, y antes de darte cuenta, estarás deseando que llegue cada nueva temporada tanto como yo.

Reflexiones finales

Para mí, cambiar a una alimentación estacional fue mucho más que mejorar lo que ponía en el plato; fue un cambio en mi manera de relacionarme con la comida. Fortaleció mi conexión con la naturaleza, me hizo más consciente del impacto de mis decisiones y me devolvió la ilusión por los alimentos que consumo. Te animo a que lo pruebes y descubras cómo la alimentación estacional puede transformar tu relación con la comida. Créeme, una vez que pruebes un tomate de verano perfectamente maduro, no querrás volver atrás.

El redactor

Soy Engelien Meijer, fan de la comida y defensora del bienestar desde los Países Bajos. A lo largo de los años, he adoptado la alimentación de temporada como una forma de nutrir tanto mi cuerpo como mi espíritu. Mi experiencia con los alimentos de temporada me ha mostrado el placer de comer en armonía con la naturaleza, y espero inspirar a otros a hacer lo mismo.

Apéndice

Desde los crujientes puerros de invierno hasta las dulces cerezas de verano: cada estación tiene sus propios tesoros culinarios. Pero ¿sabía que seguir el calendario natural de las cosechas también beneficia a su salud y a su bolsillo? Descubra por qué comer según las estaciones es la clave para disfrutar de más sabor y satisfacción en la cocina.

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